martes, 14 de enero de 2014

Quizás nunca o siempre.

Quizás esta no sea la noche indicada, pero te he encontrado en el vaho de mi bañera. Esto no tiene pinta de sano, ni de correcto, ni lógico. Últimamente tu música son mis venas, antes la odiaba, ahora me acerca a ti. No sé si las gotas siguen llenando de carreras interminables los cristales de mi ventana, ni si las teclas de este portátil retumban demasiado en esta noche tan sumamente vacía.  No digas nunca no, acepta cada parte de este reto, asume cada día mas problemas. ¿Para que está la vida sino es para equivocarse? Encontraras una persona dispuesta a calmarte robándote un beso o simplemente encontraras la música que sale de sus labios. Empiezas a ver algo de luz entre la espesa oscuridad. Parece que todo va a dispersarse. Casi ves la salida. <<Run away, baby.>> Pero al mismo tiempo, o quizás un segundo después es más así. <<Please baby, don’t go away.>>

No creo que sepa que hacer en mucho. Demasiados recuerdos para ser ciertos. Es cierto que cada día goza de ser único, pero muchos somos de tropezar varias veces. Quizás me quede tal piedra. Hay millones como tú, ¿por qué precisamente tú? Ya dije que ahora solamente nos teníamos la música y yo. Una causa perdida puede ser la solución, yo la tuya y tú la mía. Sólo es otra noche, pero podía ser la nuestra.


<<That the nights were mainly made for saying things that you can’t say tomorrow day.>>

martes, 7 de enero de 2014

¿Qué haces mi amor?

¿Parecía un sueño verdad? Pero era tan real como esta vida. Que sonrisa surgida de la nada, recién caída del cielo. Sencillo como un suspiro, un suspiro cualquiera, más o menos profundo, pero de una boca concreta. Mil vueltas a una cama, a mi cama, a nuestra cama. Llegar y tropezar, no por nada en especial, sino porque el mundo caiga a tus pies tras su primera mirada clavada en tus ojos. Un sitio transitado al cabo del día por decenas de personas, tantas historias que conocen sus muros y esta la repartimos por cualquier muro que descubríamos. No es ni la manta, ni el chocolate o quizás las palomitas, ni la película que llevaba semanas esperando ver, era tu presencia. Y parece aburrido, de echo puede llegar a serlo, la rutina es eso, rutina; la conocozco y a la vez se me hace invisible, pues aparece con tu ausencia. Hay listas con demasiado poco papel para tanto sueño. No sé por una vez de que se trata, o quizás lo sepa siempre, pero permíteme aprenderlo de nuevo contigo. Los días amanecen sin ganas a veces, pero siempre amanecen; un día más siempre es un día menos. Y no es que me falte el aire, es que me lo has robado entero. Tampoco es que no haya perdido tres años contigo, pero no quiero dejar nunca de perderlos.