sábado, 30 de noviembre de 2013

Empieza aquí.

Lo que parecía un camino simple, ahora esta envuelto en hojas, todo acaba por caer hasta desaparecer. Muchas cosas pierden el sentido con el tiempo, o hacemos que lo pierdan. Ese diario que trato día a día de destrozar. Pasar de un contador a cero, al repleto de números. 4;16;33. Dicen que es el transcurso del tiempo quien lo va cambiando todo, pero eso realmente no importa ahora. Hoy estas en mi cúspide, pero quien sabe donde estarás mañana. Es ese frío cortado por tus abrazos uniendo nuestras pieles. ¿Quién dijo que podría ser tanto? No tiene ni idea de hasta que punto puede llegar a ser. Son demasiadas las tardes perdidas a su lado, si nos dedicásemos a estudiar tendríamos más de un máster. Todo es poco, nada comparado con lo que somos, me haces ser, o siento que soy contigo. Júrame que siempre seremos nosotros, y cualquier problema se perderá al cruzar esa esquina. Me mata el frío, las hojas que nos rodean. Y no es que todo esté perdido, es que esta esperando a que lo iniciemos.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Una nueva sección.

¿De que sirven las mantas sino quitan el frío? No hay calor sin los abrazos en medio de las lluvias, sin mis manos en tus bolsillos, no hay calor que aguante este frío. Y me encanta que no seamos normales, pero ahora casi lo parezco. Menos mal que les tengo, a ese grupo de whatsapp montado uniendo restos, a esos que salen los sábados por la tarde, a no ser que haya algo mejor que hacer. No me importó mucho no pegar en nada con ellos, me importaba que me hiciesen de risas fáciles y así los sábados fueron rutinas raramente cambiadas a viernes. Ya sé que esta noche nada me quita el frío, quizas mañana tampoco, pero en un par puede ser que si. Sé que si. No, quizás no sean importantes, yo no los considere tanto cómo realmente sean. Pero a mi me cambian y tengo. Tengo con las quejas de una, la música a todo volumen de otro, con las frases ingeniosas de otra que pasa demasiado tiempo conmigo, tengo con las llamadas acosadoras de uno, las clases saltadas de otro y las medio asistencias de una vaga. ¿Y que más da si un día todo esto son recuerdos? Bonito el día que quedamos para despedir un verano que ni habíamos compartido.

New trend.

Cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Dentro! Más o menos así llego el frío, sin razón, sin buscar a una borrasca cómo excusa. Sintió que era su momento y volvió a fastidiarme las combinaciones. Y claro, ¿ahora que haces? A mi que me cuesta una vida acostumbrarme a los abrigos, a meterlos dentro de este supuesto estilo. Y así me pasé una semana superponiendo capas por tal de prescindir de ellos. El problema llegó cuando se invirtió el termómetro y se hizo su uso totalmente necesario. Pero por no escapar de las complicaciones, seguí agarrándolas con fuerza y decidí meter mis sneakers entre tanto. Es una combinación raramente elegante, pero ante todo es cómoda.  Me encanta este nuevo estilo, lo digo yo, la misma que hace unas semanas no podía ver ni en pintura unas zapatillas. Todo se basa en saber darle el uso correcto.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Años, montaña, destino.

¿El tiempo llega a cambiarnos o sólo vemos las cosas desde más perspectivas? Sigo siendo una niña de cinco años y no quiero cambiarlo jamás. Madurar está de más. Reír a carcajadas por nada, felicidad o simple impulso, pero seguir siendo una montaña rusa. En la cúspide, en lo alto del Everest, más alto que muchos sueños, y de repente bajo tierra. Que te entiendan no es necesario, ni que te entiendas tú, la razón sólo elimina sonrisas. ¿Para qué pensar las cosas antes de hacerlas?, ¿ser correctos?, no es necesario tanto. Prefiero aprender de errores, que vivir con miedo a cometerlos. No quiero quedarme en lo real, no quiero cambiar esto. Rutina podrían llamarlo, pero esta rutina me gusta, no se me hace rutinaria, tú llegas y la cambias tras cada segundo. Todo cambia si lo dejas cambiar, si quieres que lo haga. Y yo ahora no quiero, pero quizás en cinco minutos decida todo lo contrario. No sé que quiero. Ni quiero saberlo. Quiero que todo venga, que se vaya y vuelva de nuevo. Prefiero pensar que lo que tenga que ser será, pero que podre abandonarlo cuando quiera.

lunes, 18 de noviembre de 2013

0:18

¿Qué te tengo? Mentira, mentira y mentira. Te tengo sin tenerte mientras ni te tengo. Repíteme que te tengo, pero no entiendo porque ni te siento. Del todo a nada, ¿para qué perder la costumbre? Espero que al menos valga para valorar lo que teníamos. <<¿Esto es tenerte? No, pero soy tuyo. Yo también soy tuya, pero no me tienes.>> Pese a todo lo aprendido, somos de los que nos gusta repetir piedras. 9;18;49. Nueva respuesta de las doce y doce, te tengo, solo que en mi mente. Es triste, deprimente, frustrante y miles de palabras más que no conozco. Le necesito, le necesito tanto. El sol de mis cielos, ... Nada parece suficiente. ¿Qué hacer cuando sientes que todo falla? Cada paso en falso tiene un precio bastante alto. Resignados contra la realidad, rompidos por una nueva pregunta tonta, puntos aparte, pero temas más que presentes. Espero verte dentro de mi regalo de reyes.

Un grado menos en el termómetro.

Sólo somos arcilla en la arena, derretimos cualquier intento de superación, ocultamos la realidad en nuevos moldes. Ya estoy cansada de frío, dije que no tardaría mucho. Pero lo peor son los exámenes, tardes sentadas y noches bajo sueños. El tiempo sigue en las suyas de no entrar en razón, de calor a frío, ¿para qué punto medio? Ni tres mantas me ayudan esta noche. Mi frío resultaba una excusa para tus abrazos, una excusa para que no me llevases a la locura una vez más. No loca por ti, sino contigo. Es jodido recorrer cada día un mismo camino sin esa fuerza que antes te impulsaba, necesito el carburante de tus besos. No quiero encontrar la razón contigo. Quiero ser por ser, vivir por vivir, morir por ti. Dejarme de tanta tontería idolatrada por los demás y empezar de cero. Tantos pájaros en la cabeza. A ninguno le cortan las alas, los dejan encerrados en mi mente. Tantas realidades infravaloradas por el peso de una vida ya predispuesta, ¿quién decidió antes que yo qué era lo correcto? Espíritu rebelde de una juventud temprana. Ojala supiesen de verdad lo alejadas que se quedan sus teorías cuando encuentro sus labios. Sus labios, por no decir sus ojos, por no decir su pelo, por no decir él. El idiota que no puede evitar salir siempre, tanta dependencia y tan poca posibilidad. Y es que me gusta la rutina, me gusta que el sea mi rutina. Porque ojalá esta noche salieses de mis sueños para que te encontrase en mi cama. Maldito invierno helado.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Título de la entrada.

Cada día con las ojeras más marcadas, que lo que no te mate hoy, te matará mañana. Eludimos el peligro, lo vemos algo ajeno a nosotros. Pero aparece, como todo y nunca estamos preparados. Estoy muerta de sueño y a la vez podría echar a correr, soy un sin sentido continuo. ¿De que sirve odiar la rutina sino mueves un dedo por cambiarla? Últimamente sé hacer de todo, y yo cada vez me siento más tonta. Con las manos congeladas y mil mantas por encima, luego bajo el sol, las mangas remangadas. No soy yo, el tiempo se está volviendo loco. Que estamos en Noviembre y con un frío acalorado. Ni susurros, ni silencio, sólo gritos para que despiertes de tus sueños y sigas viviendo. El mundo está empeñado en seguir girando. Cada día menos horas de sueño, levantarse agotada y irse a la cama revivida. De Lunes a Martes, de Martes a Miércoles, de Miércoles a Jueves, hasta llegar al Viernes. Sí, tan original como tu día a día. ¿Pero que estamos haciendo?, ¿esto es lo que llamamos vida? Aguantaremos por no saber hacer otra cosa, viviremos como vivimos y soñaremos en silencio. Porque en el fondo la vida sólo puede ser vista de una forma, el problema es cuando no sabes enfocarla de ninguna forma. Al menos yo, te seguiré esperando con más ganas cada día.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Por ti o para ti.

No es que te veas bien, se basa en que te vean bien. Ni la mitad de los que te preguntan por la ausencia de tu sonrisa, realmente les importa. Solemos vivir anclados en las apariencias. Lo que te dicen que eres, serás. Pero no es tan sencillo, o sino las palabras no te matarían. Te esfuerzas por hacer a los demás una buena imagen tuya, descuidando tu propia impresión por unas cuantas opiniones ajenas. ¿Tan importante es de verdad? Fingimos por fingir. Por creernos mejores personas descuidando nuestra personalidad, por cambiar, o por intentar ahorrar sufrimientos. ¿O acaso nunca has sonreído entre lagrimas diciendo que no te pasaba nada? Porque al menos en mí, eso es más que rutinario. Tratas de no preocupar, cuando terminas preocupando más de la cuenta. Cuanto más finges esa felicidad entrecomillada, más amarga resulta la vida. El cielo cada vez se nubla más. Aunque espero no llegar nunca al punto de no saber ni cómo me siento de tanto vacío que albergue mi cuerpo. Pero sea cómo sea tu día, tanto si decides sonreír, cómo llorar; sonríe por ti y llora por ti. Aún siendo yo la primera incapaz de hacerlo, inténtalo. La palabra del resto es sólo eso, más palabras perdidas por el cielo. Tú, eres tú y tu sonrisa, otro cuento.

Tras los básicos.

Cada día esta hecho de básicos, básicos alternados y recombinados. Realmente nunca se inventa, sólo se siguen unas mismas líneas que te llevan a una creación diferente. Son formas de vivir el momento y dejar huella. Básicos comunes no abundan, en mi caso si los personales. Camisa, jeans y zapatillas. Cualquiera sobrevive así a un buen día. Se puede destacar más con poco, la cuestión es saber darle el toque preciso. El otro día fue así de sencillo.















miércoles, 6 de noviembre de 2013

'Eres mi desastre, revolucionas mi vida y me vuelves loco.'

Hasta su sudadera ha perdido su olor, ya no dice nada, y es que cualquiera pierde esa esencia si la paladeas tanto. Es una cuenta atrás y miles de movimientos de melena. Siete días, siete horas y treinta y siete minutos. Cabellos hundidos en el aire, de mis mil giros de cabeza al intentar buscarte. Vuelvo cada noche a buscar algo que contarte. No hay nuevas experiencias, sino nuevos recuerdos en mi mente. El tiempo corre, pero no parece avanzar lo suficiente; justo le dices que pare y ahí encuentra la cuesta inclinada. Busco una razón que consiga hacerme entenderte. A veces tan sencillo, otras tan inteligible. Cuenta las veces que me miro en el espejo, averigua en cuantas busco tu reflejo. Pies congelados a lo largo de la noche, que se deslizan entre las sabanas buscando unos que le quiten este frío. Son baches que saltar en el camino, zancadillas mal puestas y risas de fondo. Odias esas miradas tan poco discretas y eres el primero en lanzarlas. Es el zumbeteo de las teclas en la inmensidad de la noche. Tienes mil razones, ellos no pasarán de veinte. Cabezas hundidas en una almohada esperando respuestas, sonrisas que corren  de tanta destreza. Es un toque rosado, anaranjado, tirando a atardecer. Mil fondos cambiados de situación buscando a un único personaje. Tantos jerséis que comprar, que quiten la falta de tus brazos. Calles recorridas de principios a fondos, nuevas por descubrir, infinitas imaginadas de tu mano. Nada que no recuerde a ti, a tus enfados repentinos y tus bromas sin sentido. Sus dedos entrelazados en mi cuerpo, mi vida pendiendo de su mano. Su esencia queda ya demasiado perdida, pero la guardo yo dentro.

martes, 5 de noviembre de 2013

Yo sigo igual.

La inspiración está más que anulada, perdida. El viento me ha robado cada delirio y lo ha manejado a su manera. ¿Por qué las cosas más pequeñas terminan siendo las más importantes? Eran sólo unos jóvenes que buscaban un corazón al que unir el suyo. Estar dispuesto a todo por alguien, sin excusa posible, entregarte en cuerpo y alma. Escribimos lo que conocemos, pero últimamente dudo de mi conocimiento hacia esta realidad. Unos anillos que se caen de tus dedos a medida que se asienta el invierno, es el ritmo de la vida. Quejarnos de tanto sufrimiento, de tantos vacíos sembrados en huecos y no saber mirar nada más que tu pobreza. ¿Sabemos llorar? O quizás sólo sea un reflejo en nuestros ojos de lo que nos contaron un día que era el miedo. Me angustia que el calor sólo lo encuentre bajo las sabanas, necesito abrazos. Medir la escala de blancos en una paleta negra. Ser o decidir que ser cada día, ni te conoces, ni te conocen, y la duda te aterra. Es lo que surja, medido en pulsaciones al espacio del teclado. Ver subir los mensajes en Twitter, ninguno es para ti. Nada como esta noche eterna sentada en la cama. ¿Qué somos? Felices a segundos y tristes a minutos. Puto vicio el de desbloquear el móvil para encontrarme con tus mensajes. No busco la respuesta, sino que pierdan la importancia las preguntas, hazme olvidarlas. Ningún texto empieza contigo, te entrometes dentro con disimulo y acabas poniendo cada punto. No te dicen que fallas, sino que sigas intentándolo. Mi vida nació de un deseo, de un pensamiento esporádico, de un beso. Sin con tan poco se crea tanto, ¿qué sería capaz de hacer con nada?.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Detenme en tu tiempo.

A suspiro por nuca. Tu vida y la mía, un lazo. ¿Realmente hay algo lo suficientemente importante? Te dejé la puerta abierta, pero no lo entendiste bien. Una sonrisa clavada en mi cara que no me quita la vista de encima. No sé a que esperas. El compás de ese corazón esperando una vida, interesado en un futuro, defraudando al presente. Un invierno que empieza, el frío bajo las piedras, un verano que es historia. Recuerdos consumidos en cenizas, cenizas que prenden chispa cuando se acerca la tormenta. Pero tu nuca siempre en mis labios. Entiende, que nada es algo en esta luna, la cual no brilla sin ti en mi vida. Como cerrar los ojos y seguir caminando guiada por tu sonrisa. Nunca alguien fue suficiente para que nos entendiese. No era tu sonrisa, ni como me sonreías, ni quizás el brillo de mis ojos cuando me miras, es algo, algo sin más, algo sin ser, algo sin nombre. Importa el tiempo, eso que vuela, y que no quiero que vuele sin ti. Porque cincuenta historias no las cuenta nadie tan rápido como tú cuando me miras. Pero podíamos detenerlo ahora, justo ahora, con mi sonrisa perdida en tu respiración. Con tus manos en mi cintura.

El objetivo de tu réflex.

Tras tu paso nada cambia, todo sigue su propio ritmo. Tus buenos días, todas tus buenas razones. El tiempo agotado, cada hoja en el suelo. Cada rastro de esa primavera quedará borrado. El paso cada vez más rápido, pero cada pensamiento más presente. Son tantos los errores, miles las promesas. Ni corre, ni vuela, ni anda, solamente nunca se para. Mueres en la sonrisa que esconde su boca, naces en el cielo al que te lleva. Sólo son hojas, que caen a la misma vez que tú respiras.