martes, 7 de enero de 2014

¿Qué haces mi amor?

¿Parecía un sueño verdad? Pero era tan real como esta vida. Que sonrisa surgida de la nada, recién caída del cielo. Sencillo como un suspiro, un suspiro cualquiera, más o menos profundo, pero de una boca concreta. Mil vueltas a una cama, a mi cama, a nuestra cama. Llegar y tropezar, no por nada en especial, sino porque el mundo caiga a tus pies tras su primera mirada clavada en tus ojos. Un sitio transitado al cabo del día por decenas de personas, tantas historias que conocen sus muros y esta la repartimos por cualquier muro que descubríamos. No es ni la manta, ni el chocolate o quizás las palomitas, ni la película que llevaba semanas esperando ver, era tu presencia. Y parece aburrido, de echo puede llegar a serlo, la rutina es eso, rutina; la conocozco y a la vez se me hace invisible, pues aparece con tu ausencia. Hay listas con demasiado poco papel para tanto sueño. No sé por una vez de que se trata, o quizás lo sepa siempre, pero permíteme aprenderlo de nuevo contigo. Los días amanecen sin ganas a veces, pero siempre amanecen; un día más siempre es un día menos. Y no es que me falte el aire, es que me lo has robado entero. Tampoco es que no haya perdido tres años contigo, pero no quiero dejar nunca de perderlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario