lunes, 28 de octubre de 2013

Más alto que el Everest.

Cada día el camino es mas cuesta arriba, lo que parecía una llanura con algún que otro bache, ya es más alto que el Everest. De acuerdo, no tanto, pero a mi se me hace así. Parece que mañana o cualquier día inesperado me levantaré y caeré sin más, al no aguantar tal inclinación. Ningunas botas, ni ningún bastón parece lo suficiente bueno como para agarrarme al terreno y no dejarme caer; además de vez en cuando nieva y ni mis gafas aguantan ya estas tormentas. Que difícil resulta saber cual es tu sueño y no saber si podrás cumplirlo. Cualquiera te diría a la mínima: "Lucha por ello, lucha con todas tus fuerzas, es una única lucha y una supuesta felicidad eterna; ¿no es lo que quieres? Échale un par de pantalones." Me han repetido demasiado este tipo de frases últimamente, pero ninguna cambia las veinte plazas.
Sólo una idiota hoy en día, podría soñar ser diseñadora de moda. Por lo de hoy en día, vengo a referirme a la enorme crisis que hace un par de años azota el mundo y en especial a España. Un día empecé a acumular revistas de moda en mi mesa, a aprenderme de memoria cualquier diseño de los desfiles de moda, con esos que pasaba las tardes enganchada al ordenador. Toda carrera me parece demasiado aburrida, pero esa es una lucha constante, cada día inventar algo nuevo. No sé pintar, pero me encanta hacerlo; no sé si ahora mismo valgo para esto, pero sé que valdré. Se me hizo un mundo de esta historia cuando creía que ni podría estudiarla en mi ciudad y ahora que puedo, con estas plazas tan sumamente reducidas, no sé que es mejor.

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