lunes, 18 de noviembre de 2013

Un grado menos en el termómetro.

Sólo somos arcilla en la arena, derretimos cualquier intento de superación, ocultamos la realidad en nuevos moldes. Ya estoy cansada de frío, dije que no tardaría mucho. Pero lo peor son los exámenes, tardes sentadas y noches bajo sueños. El tiempo sigue en las suyas de no entrar en razón, de calor a frío, ¿para qué punto medio? Ni tres mantas me ayudan esta noche. Mi frío resultaba una excusa para tus abrazos, una excusa para que no me llevases a la locura una vez más. No loca por ti, sino contigo. Es jodido recorrer cada día un mismo camino sin esa fuerza que antes te impulsaba, necesito el carburante de tus besos. No quiero encontrar la razón contigo. Quiero ser por ser, vivir por vivir, morir por ti. Dejarme de tanta tontería idolatrada por los demás y empezar de cero. Tantos pájaros en la cabeza. A ninguno le cortan las alas, los dejan encerrados en mi mente. Tantas realidades infravaloradas por el peso de una vida ya predispuesta, ¿quién decidió antes que yo qué era lo correcto? Espíritu rebelde de una juventud temprana. Ojala supiesen de verdad lo alejadas que se quedan sus teorías cuando encuentro sus labios. Sus labios, por no decir sus ojos, por no decir su pelo, por no decir él. El idiota que no puede evitar salir siempre, tanta dependencia y tan poca posibilidad. Y es que me gusta la rutina, me gusta que el sea mi rutina. Porque ojalá esta noche salieses de mis sueños para que te encontrase en mi cama. Maldito invierno helado.

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