jueves, 7 de noviembre de 2013

Por ti o para ti.

No es que te veas bien, se basa en que te vean bien. Ni la mitad de los que te preguntan por la ausencia de tu sonrisa, realmente les importa. Solemos vivir anclados en las apariencias. Lo que te dicen que eres, serás. Pero no es tan sencillo, o sino las palabras no te matarían. Te esfuerzas por hacer a los demás una buena imagen tuya, descuidando tu propia impresión por unas cuantas opiniones ajenas. ¿Tan importante es de verdad? Fingimos por fingir. Por creernos mejores personas descuidando nuestra personalidad, por cambiar, o por intentar ahorrar sufrimientos. ¿O acaso nunca has sonreído entre lagrimas diciendo que no te pasaba nada? Porque al menos en mí, eso es más que rutinario. Tratas de no preocupar, cuando terminas preocupando más de la cuenta. Cuanto más finges esa felicidad entrecomillada, más amarga resulta la vida. El cielo cada vez se nubla más. Aunque espero no llegar nunca al punto de no saber ni cómo me siento de tanto vacío que albergue mi cuerpo. Pero sea cómo sea tu día, tanto si decides sonreír, cómo llorar; sonríe por ti y llora por ti. Aún siendo yo la primera incapaz de hacerlo, inténtalo. La palabra del resto es sólo eso, más palabras perdidas por el cielo. Tú, eres tú y tu sonrisa, otro cuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario